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El SuEñO De NuKa

Poemas

Y siempre igual!

Y siempre igual!

Hoy como ayer, mañana como hoy,

¡y siempre igual!

Un cielo gris, un horizonte eterno

y andar...andar.

Moviéndose a compás como una estúpida

máquina el corazón:

la torpe inteligencia del cerebro

dormida en un rincón.

El alma, que ambiciona un paraíso,

buscándole sin fe;

fatiga sin objeto, ola que rueda

ignorando por qué.

Voz que incesante con el mismo tono

canta el mismo cantar,

gota de agua monótona que cae

y cae sin cesar.

Así van deslizándose los días

unos de otros en pos,

hoy lo mismo que ayer...y todos ellos

sin gozo ni dolor.

¡Ay!, ¡a veces me acuerdo suspirando

del antiguo sufrir!

¡Amargo es el dolor, pero siquiera

padecer es vivir!

Una tarde

Una tarde

lluviosa de un mes de octubre, ella estaba en casa,junto a la ventana esperandole, como cada día, a que el llegase y le dijese lo maravillosa que era,pero...hoy era un día especial, era su cumpleaños, aquel día...vio a su marido aparcar el coche al lado de su casa, ella con cara de alegría, pensó que llegaba puntual por ella para pasar un buen día junto a ella, pero...no sabía que lo peor estaba por llegar, al verlo, se fue, una mujer lo esperaba en la acera de en frente a la cual le dio un ramo de rosas. Ella junto a la ventana, se echó a llorar como nunca lo había echo, el día la acompañaba...el cielo estaba triste por ella, pero no se retiró de la ventana...espero y esperó a que su marido fuese a casa....llegó la noche y el no aparecía, ella recordaba las veces que el le había dicho que la amaba, y por eso ella no perdía la esperanza..pero al verlo con aquella mujer pensó que el no era feliz con ella así que tomó una decisión, hizo lo que su marido no se atrevía a hacer...A las horas, cuando el llegó, ella todavía estaba sentada junto a la ventana, todavía llovía, le dijo hola y le dio un beso en la mejilla, ella lloraba,pero el no le dijo nada...ella se puso de pie, lo miró a la cara, le dijo que lo amaba como nunca había querido a nadie, que con el había sentido lo que era el amor...pero que sabía que el no era feliz con ella, que por muchos esfuerzos que hiciese sabía que nunca le iba a corresponder como ella quería...así que llorando, le dijo, voy a hacer lo que tú no te atreves a hacer, quitarme de tu camino y que puedas ser feliz,cogió una pistola y se disparó en la sien, sus últimas palabras que dijo fueron: gracias por haberme enseñado a amar, te quiero.

Esto demuestra hasta donde nos pueden llegar nuestros sentimientos, ella por hacer feliz a ese hombre que tanto amaba se quitó lo más preciado para ella, su propia vida.

No sé lo que he soñado...

No sé lo que he soñado...
 Hola, hoy me apetecía poneros  poesías y como no, de quien las iba a poner, de Gustavo Adolfo Bécquer, espero que os gusten, son un poco tristes, pero en estos días de estrés y tensión no se puede pedir otra cosa y con las que me identifico bastante. Besos
LXVIII
No sé lo que he soñado
en la noche pasada.
Triste, muy triste debió ser el sueño,
pues despierto la angustia me duraba.
Noté al incorporarme
húmeda la almohada,
y por primera vez sentí al notarlo
de un amargo placer henchirse el alma.
Triste cosa es el sueño
que llanto nos arranca,
mas tengo en mi tristeza una alegría...
¡Sé que aún me quedan lágrimas!
LXVI
¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura,
los despojos de un alma hecha jirones
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.
¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas.
En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.

Hoy siento el corazón...

Hoy siento el corazón...

Hoy me siento así, como muchos otros días...

 

 CANCION OTOÑAL 

Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas,
pero mi senda se pierde
en el alma de la niebla.
La luz me troncha las alas
y el dolor de mi tristeza
va mojando los recuerdos
en la fuente de la idea. 

Todas las rosas son blancas,
tan blancas como mi pena,
y no son las rosas blancas,
que ha nevado sobre ellas.
Antes tuvieron el iris.
También sobre el alma nieva.
La nieve del alma tiene
copos de besos y escenas
que se hundieron en la sombra
o en la luz del que las piensa. 

La nieve cae de las rosas,
pero la del alma queda,
y la garra de los años
hace un sudario con ellas. 

¿Se deshelará la nieve
cuando la muerte nos lleva?
¿O después habrá otra nieve
y otras rosas más perfectas?
¿Será la paz con nosotros
como Cristo nos enseña?
¿O nunca será posible
la solución del problema? 

¿Y si el amor nos engaña?
¿Quién la vida nos alienta
si el crepúsculo nos hunde
en la verdadera ciencia
del Bien que quizá no exista,
y del Mal que late cerca? 

¿Si la esperanza se apaga
y la Babel se comienza,
qué antorcha iluminará
los caminos en la Tierra? 

¿Si el azul es un ensueño,
qué será de la inocencia?
¿Qué será del corazón
si el Amor no tiene flechas? 

¿Y si la muerte es la muerte,
qué será de los poetas
y de las cosas dormidas
que ya nadie las recuerda?
¡Oh sol de las esperanzas!
¡Agua clara! ¡Luna nueva!
¡Corazones de los niños!
¡Almas rudas de las piedras!
Hoy siento en el corazón
un vago temblor de estrellas
y todas las rosas son
tan blancas como mi pena.